
André Hediger es un parapentista suizo que ha llamado la atención de miles de personas, tanto dentro del mundo del deporte aéreo como fuera de él. La carrera de Hediger despegó cuando consiguió ser el campeón mundial de parapente en el año 2000, pero lo cierto es que esto no es lo más interesante de su historia.
La historia de André Hediger
El parapentista André Hediger siempre se ha considerado como alguien directamente asociado con la aventura, siendo un hombre que tuvo un gran interés por poder conquistar los cielos hasta llegar a ser conocido bajo el nombre de “el artesano del aire”, y que vive en Argentina desde el año 1999.
Hediger nació en Montreux, una ciudad que se encuentra en la suiza francesa cerca del Lago Léman, la cual es muy conocida por su ribera que tiene una belleza incomparable. En esta ciudad vivió hasta que tenía 7 años, para después mudarse a Italia y luego a Zúrich, en donde creció.
Conocido por la prensa local como “el hombre pájaro”, consiguió construirse un balcón natural en donde los aborígenes convivían con las águilas, entendiendo que sería un espacio perfecto para poder disfrutar de los deportes de altura.
En el año 1985 comenzó a trabajar en una fábrica de Windsurf, catamaranes, paracaídas y veleros, en la cual obtuvo los conocimientos que necesitaba para poder empezar a trabajar en los primeros prototipos de un parapente.
Conforme fue pasando el tiempo, André Hediger se fue consolidando como un experimentado piloto de pruebas de desarrollo de parapente dentro de la empresa helvética Advance (en la que sigue haciendo trabajos como freelance) y también trabajaba como un piloto de pruebas de la Federación de Vuelo Libre Suizo. En estos empleos consiguió bastante experiencia.
En la actualidad también trabajaba como instructor de vuelo y se encargó de revivir el aeroclub de La Cumbre, que es en donde vive desde el año 1999, consiguiendo montar su propio taller en el que se encarga de realizar reparaciones de equipo de deportes aéreos.
Premios
Teniendo una gran experiencia y cientos de horas de vuelo, no es de extrañar que André Hediger tenga una buena cantidad de premios bajo sus alas.
Entre los premios más importantes podemos destacar:
· Subcampeón mundial de parapente en 1991 y 1996
· Campeón mundial de parapente en 2000
De estas se debe de tener en cuenta que la World Cup of Paragliding 2000 estuvo compuesta por una serie de competiciones que se llevaron a cabo en Brasil, España, Portugal, Francia y Austria, finalizando en Francia. Es una competición bastante grande e importante.
Al participar en el Mundial del año 2007, André Hediger compitió por primera vez como argentino y no como suizo, ya que lo hacía por sus hijos, que son argentinos.
La vida de André Hediger en Argentina
En el año 1992 estaba trabajando en cursos para perfeccionamiento e instructores en Suiza, en donde conoció a “la Bettina”. Ella era una parapentista de padres suizos, con quien inmediatamente se engancharon. Fue ella quien le invitó a conocer Argentina en el año 1995, específicamente para conocer La Cumbre, enseñándole el aeroclub que había sido abandonado.
Cuando llegaron a Argentina vivieron en Huerta Grande, en una casa que se encontraba en Rincón Suizo (muy cerca de las sierras cordobesas) en donde pusieron una velería. La idea que ambos tuvieron era estar durante el verano en Argentina y el verano europeo en los Alpes.
Sin embargo, en el año 1997 ocurrió una tragedia y “la Bettina” murió al tener un accidente mientras volaba en parapente cuando estaban en Suiza. Dos años después de ese terrible accidente, André tuvo un accidente en el mismo lugar y de la misma forma, quedó en coma.
Una vez que despertó del coma, André no sabía muy bien qué hacer con su vida, encontrándose completamente desorientado y realmente triste. Fue aquí cuando se le ocurrió volver a La Cumbre.
Fue ahí cuando decidió volver a Argentina y hacer una nueva historia en ese lugar. Así, llegó a este país en el sur de América y continuó trabajando en el Aeroatelier que había comenzado con Bettina. Ahí seguía el aeroclub abandonado y se imaginó ese lugar como su nueva casa, en donde pudiera disfrutar de aire puro, la montaña, el sol, la tranquilidad y la posibilidad de volar.
Siguió con su vida y con su siguiente pareja tuvo dos hijos, los cuales se han convertido en su gran alegría para seguir su camino. A la pequeña Lua la tuvo cuando fue nombrado campeón del mundo y a Tiago lo tuvo después, quien ahora sale a volar en muchas ocasiones junto a su padre.
Ahora se encuentra organizándose para pasar más tiempo con sus hijos y dedicarles más tiempo, según comentó recientemente André Hediger.